El fin de semana pasado se celebró una fiesta muy curiosa en un municipio de Toledo llamado Ocaña, ¡volvieron los 60!
Organizaron en la Plaza Mayor de la localidad un guateque en el que se pudieron escuchar desde los Bravos hasta Marisol o Karina. Si alguna vez os surge oportunidad, no dejéis de visitar este magnífico espacio urbano que nos ofrece Ocaña. Se trata de una plaza en la que convergen las principales vías rodadas de la villa. Su perfecto trazado barroco fue construido en el siglo XVIII por orden de Carlos III. Os sorprenderá... ¡seguro! No en vano fue declarada Monumento Histórico Artístico Nacional en 1981.
¡Cómo no, tenía que ir vestida para la ocasión! Para ello personalicé un vestido color rosa palo que compré hace un par de temporadas en Zara. Bueno... en realidad me caractericé todo lo que pude: con peluca rubia, gafas de pasta enormes, una diadema gigantesca, guantes de la época... En fin, estupenda para encontrar un roquero que quisiera ser mi pareja de baile. ¡Preparada para el rock n' roll!
Y tras mucho esperar, ¡mi solitario número 73 encontró la pareja perfecta! Un apuesto caballero al más estilo John Travolta que bailaba como nadie y que se ofreció a darme una vuelta en su Vespa de moda. ¡Quién hubiera vivido en los 60!
¡Qué bien lo pasamos! Desde aquí quiero agradecer a Angélica y Luis que nos hayan brindado la ocasión de haber pasado una noche tan divertida. Y por supuesto... ¡un besazo a mi Travolta particular!
Hasta pronto, chicas.
Organizaron en la Plaza Mayor de la localidad un guateque en el que se pudieron escuchar desde los Bravos hasta Marisol o Karina. Si alguna vez os surge oportunidad, no dejéis de visitar este magnífico espacio urbano que nos ofrece Ocaña. Se trata de una plaza en la que convergen las principales vías rodadas de la villa. Su perfecto trazado barroco fue construido en el siglo XVIII por orden de Carlos III. Os sorprenderá... ¡seguro! No en vano fue declarada Monumento Histórico Artístico Nacional en 1981.
¡Cómo no, tenía que ir vestida para la ocasión! Para ello personalicé un vestido color rosa palo que compré hace un par de temporadas en Zara. Bueno... en realidad me caractericé todo lo que pude: con peluca rubia, gafas de pasta enormes, una diadema gigantesca, guantes de la época... En fin, estupenda para encontrar un roquero que quisiera ser mi pareja de baile. ¡Preparada para el rock n' roll!
Y tras mucho esperar, ¡mi solitario número 73 encontró la pareja perfecta! Un apuesto caballero al más estilo John Travolta que bailaba como nadie y que se ofreció a darme una vuelta en su Vespa de moda. ¡Quién hubiera vivido en los 60!
¡Qué bien lo pasamos! Desde aquí quiero agradecer a Angélica y Luis que nos hayan brindado la ocasión de haber pasado una noche tan divertida. Y por supuesto... ¡un besazo a mi Travolta particular!
Hasta pronto, chicas.
Guapos!!
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