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miércoles, 24 de octubre de 2012

¿Claustrofobia? ¡Subo escaleras con topitos blancos!

Afortunadamente no soy claustrofóbica, pero sé que alguna de vosotras tiene este persistente, anormal e injustificado miedo a permanecer en un espacio cerrado.


 La claustrofobia es un problema que afecta aproximadamente al 5% de la población, y que por suerte se cura con terapia especializada. Las personas que la padecen suelen evitar las habitaciones pequeñas, los túneles... ¡y los ascensores! Así que siempre suben y bajan escaleras, cosa, que por otro lado, deberíamos hacer todos, si queremos mantener una buena salud.


 Dejar de lado el ascensor y forzarnos a subir por las escaleras es una buena forma de realizar ejercicio aeróbico diariamente. Pero... ¿qué es mejor, subirlas o bajarlas? ¡Pues ambas cosas!
 Los beneficios que nos ofrecen las escaleras son muchos, y desde luego es una de las mejores maneras que existen de trabajar nuestras piernas poco a poco y sin darnos cuenta, ya que entran en funcionamiento todos los músculos del tren inferior.


 Cuando subimos, la intensidad suele ser mayor, ya que las piernas nos sirven de propulsoras para poder desplazarnos hacia arriba. Soportan el empuje cuádriceps, glúteos y gemelos.
 Bajarlas es un tanto distinto, porque las piernas entran en juego de manera diferente. El acto de bajar escaleras no implica vencer una resistencia, sino que tenemos que frenar y controlar la atracción que la gravedad va a ejercer sobre nuestro cuerpo. En este caso, los cuádriceps soportan el impacto.


 Pues, efectivamente, todos los topitos blancos de mi vestido negro me acompañaron en el largo recorrido de escaleras. No os puedo decir dónde lo compré, porque hace tantísimo tiempo que lo tengo, que no lo recuerdo. Pero es uno de los fijos de mis veranos, porque es súper cómodo y porque es de esas prendas que nunca pasan de moda. Además, no me negaréis que ¡tiene una parte trasera espectacular!


 Calzo mis esparteñas negras de Iris que ya me conocéis y combino el look con complementos de TPA. En este caso se trata de un conjunto de pendientes y anillo de aluminio negro que engarza una cuenta blanca cuadrada salpicada de plata y negro.



 Recordarlo siempre, chicas, subir o bajar escaleras es una buena forma de trabajar nuestra forma día a día. Así que, si eres claustrofóbica, una vez te hayas tratado, no pierdas esta buena costumbre. Y si no lo eres, a partir de ahora... ¡deja de lado el ascensor!

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